Oratorio
Antes de que Lope fuese sacerdote, ya había en la casa un oratorio, que se renovó cuando el poeta empezó, en 1614, a celebrar la misa diaria. Esta habitación estaba ubicada en un espacio preferente de la casa. En los días en que el poeta no disfrutaba de la mejor salud, podía desde su cama, recostado sobre unos almohadones y a través de un ventanuco, seguir el servicio religioso del oratorio celebrado por otro sacerdote.
En el inventario que el propio Lope hizo en 1627 de los objetos existentes en su residencia, cuando se refiere a este recinto menciona un retablo de talla, “en el oratorio veinte y cuatro imáxenes” (hoy se han reducido por considerar que eran demasiadas), el altar y la mesa con los objetos de culto. Se encuentran aquí imágenes de San Isidro y de la Adoración de los pastores.